El dolor fue el detonante de mi nublada razón, había obtenido un poder fruto de la desesperación, al final el vencedor no fue mas que una maldición,y yo, fui preso de la ira que me encarcelo, mis lágrimas me y dañaban, mi angustia eliminando el color donde he pasado, mi frágil alma fue quebrada por una injusticia, y pensar que todo habría pasado con una acaricia. Y no lo entiendo, ¿por que el alma tan frágil nunca es premiada? Y por que el mundo me ha enseñado que nunca te dará nada. No veo lógico que si te bendigan con la existencia te castiguen con esta soledad, cruel ausencia. Solo soy la marioneta de quien juega con mis hilos, echo daño a todo ser que no me hizo sentir querido, cuando vi lo que había echo supe que había perdido y había sido vencido por la maldición que siempre había tenido.
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